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Introducción
Durante estos últimos años se ha reevaluado el concepto de la naturaleza y causas del cáncer. Anteriormente se creía que el cáncer era el resultado de cierta actividad producida por un virus, un agente carcinógeno o por algún trauma, como un golpe, por ejemplo. Actualmente muchos médicos e investigadores están convencidos de que el cáncer es una enfermedad complicada causada por una perturbación metabólica y química del cuerpo. Es una enfermedad maligna que afecta todo el organismo incluyendo el sistema nervioso, el sistema digestivo, el páncreas, los pulmones, los órganos excretorios, el sistema endocrino, y todos los mecanismos de defensa. La frecuente reaparición de los efectos malignos del cáncer después de los tratamientos convencionales como la cirugía, radiación y quimioterapia, se deben a que la causa principal del cáncer es raramente considerada y permanece inalterada.
Características del cáncer
En el cuerpo humano hay miles de células que son activadas durante la etapa del desarrollo embrionario. Estas células con llamadas células mesenquimales, fibroblastos, neoblastos, etc. Su función principal es la de reparar. Cuando un hueso se quiebra, por ejemplo, estas células tienden a transformarse en células óseas. Cuando se pierde mucha sangre, estas mismas células se convierten en células sanguíneas. Estas células pueden reaccionar a cualquier número de estímulos morfogenéticos; cuando son sometidas a ciertos agentes carcinógenos (sustancias que producen cáncer) se convierten en células cancerosas. Cada día, en el ser humano, cientos de estas células se vuelven cancerosas. Sin embargo, gracias a un sistema excepcional llamado el sistema inmunológico, estas células después son atacadas o neutralizadas y casi nunca se convierten en la enfermedad que llamamos cáncer. Nuestro sistema inmunológico se ocupa de destruir o neutralizar cualquier cuerpo extraño. Una vez estas células embriónicas se transforman en células cancerosas, son categorizadas como extrañas. Sin embargo el cuerpo se mantiene saludable gracias a que los linfocitos, los macrófagos, y los otros componentes del sistema inmunológico neutralizan o destruyen estas células e impiden su reproducción. Estas células son comúnmente destruidas en tan solo pocas horas.
Sin embargo, si el sistema inmunológico es debilitado debido a la malnutrición, la exposición a ciertos agentes químicos, o una gran cantidad de estrés continuo, las células cancerosas son inhibidas y se multiplican rápidamente formando el crecimiento sintomático que llamamos cáncer. Comúnmente, nuestro sistema inmunológico se debilita al alcanzar cierta edad, lo cual incrementa la posibilidad de que ciertas enfermedades metabólicas degenerativas ocurran. Uno de los principales objetivos de la terapia metabólica es el de revitalizar el sistema inmunológico y restaurarlo para su funcionamiento normal. Al lograr este objetivo se permite que el sistema inmunológico neutralice o elimine las células cancerosas antes de que causen el crecimiento invasor.
La terapia metabólica consiste en poder
mantener nuestro organismo saludable administrándole
la cantidad apropiada de oxígeno, nutrientes, enzimas, minerales,
aminoácidos, y otros
nutrientes esenciales provenientes de ciertos alimentos o
suplementos. También
es importante tener en cuenta la habilidad del cuerpo de poder eliminar
productos de excreción celular mediante movimientos intestinales
apropiados, respiración,
secreciones normales, etc. Mediante esta terapia es indispensable
administrar tratamientos
que desintoxican el cuerpo y al mismo tiempo eliminan agentes perjudiciales
para la salud. Esto
en sí es el objetivo de nuestra terapia metabólica.
Es el poder incorporar
varios elementos relacionados el uno con el otro, en el que cada uno forma
parte del gran éxito del tratamiento completo.